viernes, 15 de mayo de 2020

Hasta el próximo curso.

Hola amigos, todos sabemos que probablemente este sea el post más especial de nuestro huerto desde que creamos este blog, porque las circunstancias que nos acontecen son únicas.

Nuestro huerto se estará preguntando dónde se ha metido todo el mundo, estará echando de menos las risas, los gritos, la alegría, incluso algún pisotón que otro de sus amigos del cole. 

Hace unos meses nuestros hij@s regaban el huerto, plantaban semillas, recogían plantas y hortalizas  y comían guisantes en el huerto, en ese patio del cole tan lleno de luz, de primavera que ya se dejaba notar. Nosotros, los padres, apresurados siempre con tantas tareas, los veíamos en fotos, en vídeos, escuchamos sus historias con más o menos prisa, con  más o menos atención. Seguramente hace unos meses no nos parábamos, y digo pararnos de verdad,  a ver ese sol que alumbra el huerto, a compartir con nuestros hijos la alegría de coger guisantes o hacer ensalada, no prestábamos especial atención a si venían con tierra en las manos o en las zapatillas o si habían crecido las fresas. Todo era diferente, todos eramos diferentes. 

Hoy, después de una experiencia que no  olvidaremos, con un escenario muy lejano al de la luz de nuestro huerto, es un buen momento para  recordar y hacer todo eso que antes no creíamos importante, es un buen momento para cocinar guisantes,  hacer ensalada, lavarnos bien las manos, jugar con el agua, o usar esos aceites que habíamos guardado en un rincón sin prestarles mucha atención, porque hoy importa todo lo que ayer era banal y cotidiano, y eso al final,es la mejor lección que podemos aprender de toda esta situación extraordinaria. 

Dentro de poco, volveremos al cole, a nuestro huerto, a las rutinas y a la normalidad, y seguramente cuando haya pasado un tiempo seguiremos corriendo sin prestar demasiada atención, pero siempre habrá algo que nos recordará lo importante de amar lo cotidiano.


Os dejo unas bonitas fotos para que todo pase mejor.